Podemos planear mil cosas, podemos esperar, proyectar y prever nuestras situaciones. Sin embargo siempre habrá cosas que no planeemos, momentos que de pronto aparezcan en nuestras vidas, momentos que además sean determinantes.
Las cosas llegan cuando es el momento adecuado, ni antes ni después, sino ha llegado es porque aún hay algo que tiene que prepararse en el camino, a veces podemos apresurar el paso, pero de todos modos, no existe mejor momento para que pasen las cosas, que el momento en el que pasan.
A veces suelo ser muy indecisa, dejo que la decisiones fluyan al ritmo de la vida, pero a veces hay que actuar de forma determinante. Eso es lo que hice hoy, tomé una decisión, que espero sea la semilla de los próximos frutos de mi destino. Estoy feliz de lo que decidí, de lo que he dicho, he hablado con el corazón y espero que el universo lo escuche. Apenas ahora estuve preparada para alzar la voz, apenas pude hablar sincera frente a la persona que más trabajo me costaba, aún hay mucho que trabajar sobre eso, pero he dado el primer paso para la transformación.
Un montón de situaciones tuvieron que pasar para que hoy pudiera hablar,¡ hasta hoy!¡ Y seguro, seguro mañana amanece más soleado! La gran tarea: escuchar tranquilamente, detenidamente y cuidadosamente, escuchar, comprender y actuar.
Con objetividad lo digo, con el corazón lo escribo y en el universo confío.
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