Al menos 8 millones de mexicanos viven fuera del país; las razones por las cuales salen de México son diversas, sin embargo de manera general el ideal que se persigue es obtener "mejores" condiciones vida, las cuales en su mayoría significan sólo más dinero.
Desde México, se cree que en otro país quizá se va a encontrar eso que en México no se obtuvo, es decir
" dinero", claro el problema no es la escasez de éste en el país, sino la acumulación en manos de algunos, dígase Carlos Slim y compañía(s).
Y, mientras los emigrantes mexicanos persiguen el sueño americano, canadiense o europeo, se topan con la triste realidad de la "pesadilla mexicana". ¿Y qué es la pesadilla mexicana? Pues es todo eso terrible que se piensa y que se pide a todos los Santos y a la Virgen de Guadalupe, como buen mexicano, que no pase.
Al mismo tiempo que se corre tras el sueño americano se tienen pesadillas no previstas, por ejemplo cuando se sueña en cruzar la frontera se olvida que la pesadilla puede ser no llegar con vida "del otro lado", cuando se sueña en "emplearse" no se piensa que la pesadilla puede ser el no conseguir un trabajo lo suficientemente digno que permita mantener a las personas sanas física y mentalmente y, por último al soñar la riqueza económica aparece la pesadilla que muestra la realidad como inmigrante.
Aunque la decisión de salir del país de origen corresponde únicamente a las personas que lo han hecho es muy fácil pensar de manera idílica que una vez cruzando la frontera y estando en territorio extranjero el dinero cae del cielo. Ser migrante (legal o ilegal) implica más fortaleza física de lo que se piensa, se necesita fortaleza espiritual para poder sobrevivir en un entorno totalmente diferente y en donde no hay nadie quien pueda tender una mano de ayuda mas que tú y se requiere de confianza en sí mismo para librar con éxito los choques culturales.
Aclaro que no estoy en contra de los migrantes, ni tampoco pienso que sea una terrible experiencia el vivir en lugares diferentes, al contrario estoy convencida que es una de las mejores formas para aprender de la vida; tampoco estoy en contra de los países receptores, simplemente quiero decir que contrario a lo que muchas veces se piensa, desde México, el vivir en otros países no es "fiesta" sino un trabajo diario de adaptación, el cual sólo pude ser juzgado por cada individuo.
En ocasiones lo más fácil para terminar con un problema es salirse de el, sin embargo ésto no lo resuelve y no quita la posibilidad de problemas futuros. Así, la pregunta para todos aquellos que se han ido es ¿ Si de todos modos los problemas siguen, por qué mejor no los enfrentas con el ejército al que perteneces?
Nota: Inspirada en la película "Mexican dream" y con dedicatoria para mi amiga Rocio Cerna y a todos los emigrantes mexicanos.